Dentro de mi formación como profesora ELE inicio esta andadura en la didáctica de los textos literarios y os comparto esta reflexión como punto de partida de la materia.
RETRATO COMO LECTORA Y DOCENTE
Soy una persona inquieta y eso se refleja tanto en mi labor docente como en mi comportamiento como lectora. Tengo que moverme e ir descubriendo siempre cosas nuevas. Eso quiere decir que la estantería de mi casa se llena constantemente de novelas clásicas, novelas gráficas, teatro… libros de diferentes géneros que voy comprando, me van regalando o voy rescatando y que a veces guardo durante mucho tiempo hasta que a cada uno le llega el momento de ser devorado.
Si hablamos de docencia, he impartido cursos de idiomas (inglés, español y catalán) de todo tipo y en toda clase de escuelas, empresas o instituciones. Siento una adrenalina especial cada vez que me toca iniciar un curso nuevo que tiene algo a lo que nunca me había enfrentado hasta ese momento, al que he llegado preguntándome cómo sería aquello de dar clases aquí y allá y atreviéndome a hacerlo. ¡Y cuánto he aprendido! Porque sé que carezco un poco de formación específica en el ámbito de la docencia del español como lengua extranjera, hecho que me trajo a realizar el máster de formación, pero llevo conmigo algo de cada alumno diferente que en cursos diferentes me dejaron echarles una mano en su camino de aprender una lengua.
MI BIOGRAFÍA LITERARIA
Este fue mi primer contacto con la literatura:
Se lo debo a mi madre, que se sentaba conmigo a inventar y escribir estas historias al tiempo que despertaba mi creatividad y sembraba en mí la semilla de la lectora/escritora/docente que soy ahora. Son pocos los recuerdos que tengo de esas tardes en casa, solo tenía 6 o 7 años, pero mi madre guarda esos cuentos como verdaderos tesoros.
MI FORMACIÓN LITERARIA
Esos cuentos, por supuesto, iniciaron mi contacto con la literatura. Las lecturas y libros que mi madre me iba recomendando en cada época de mi vida, así como la literatura que nos enseñaban en el colegio le fueron dando forma y las revistas, periódicos que mi padre traía a casa cada día completaron mi formación literaria.
DOCENCIA DE LA LENGUA CON TEXTOS LITERARIOS
Si la literatura es cultura y la cultura es lengua, por supuesto que hay que introducir los textos literarios, y por qué no el arte y otras formas artísticas que también son cultura y lengua, en la clase de lenguas. Para mí, la fiesta de St. Jordi es un claro ejemplo de cómo podemos introducir todos estos elementos en el aula, o más bien fuera.
Yo ya lo probé. Mi curiosidad e inquietud por presentar cosas nuevas a los alumnos me llevó a salir del aula y realizar una actividad el pasado 23 de abril por las calles de Barcelona. Así soy yo como profe y solo espero que esta asignatura me ayude más y me haga mejorar en esa faceta.
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