Han sido dos años de formación duros pero valiosos
El pasado martes 30 de julio realicé la defensa oral de mi trabajo final del Máster de Formación de Profesores de Español como Lengua Extranjera, lo que suponía el final a dos años de intenso trabajo durante los cuales he aprendido un poquito de todo acerca de este fascinante mundo, que no es otro que el mundo de ELE.
Mi trabajo presentaba una propuesta didáctica que consistía en que los estudiantes crearan una ruta digital por mi ciudad, València, a través de información sobre distintas localizaciones de la ciudad que obtenían a partir de la lectura de textos literarios. El objetivo era observar si esta propuesta aumentaba, en líneas generales, su motivación y, para ello, se pilotó con dos grupos de estudiantes de la escuela de idiomas UAB Idiomas, en la que trabajo desde el verano de 2016. Como se puede adivinar, el tiempo dedicado al diseño de la propuesta, a su pilotaje con la correspondiente recogida de datos y a la redacción del trabajo fue extenso, pero el resultado ha sido satisfactorio. Por supuesto, tuve dificultades. Aunque esta vez no fueron las “típicas” en la realización de una tesis final, sino un poco más especiales, ya que, la COVID-19 hizo presencia y trastocó mis planes, como lo ha hecho con el resto del mundo. Hubo momentos de duda y de miedo por si el trabajo no podía salir adelante, pero, finalmente, rendirse no fue una opción.
Estoy igualmente satisfecha con la defensa oral y con los comentarios que realizó el tribunal sobre mi trabajo. De hecho, estoy muy agradecida a todas las aportaciones que hicieron al trabajo y que tendré en cuenta en el futuro, pues estoy decidida a que este trabajo no quede aquí. La interculturalidad, por ejemplo, es un aspecto que no había tenido en cuenta pero que reconsideraré para incluirla como parte de la propuesta. También, me encantaría que esta ruta tomara forma real con un grupo, de manera que la tarea final quede más clara de lo que resultó estar en el trabajo. En definitiva, se ha acabado una etapa, pero la oportunidad de seguir aprendiendo a partir de todo lo que creé sigue y seguirá abierta por mucho tiempo.
Antes de terminar, me gustaría hacer una despedida a estos dos años de formación. Empecé con algunas ideas preconcebidas sobre lo que iba a ser, hecho que hizo que hubiese ciertas cosas que no me gustaran, pero, como para todo en esta vida, hay que hacer un balance entre lo negativo y lo positivo, de manera que poco a poco fui encontrándole la parte provechosa a lo que estaba haciendo. Por otro lado, para que pudiera encontrar esa parte más positiva influyeron mucho mis compañeras, algunas de ellas ya familia, y los excelentes profesores con los que cuenta el programa. El momento actual no es el mejor para nuestra profesión, pero nunca hay que perder los ánimos y sobre todo las ganas de superarse cada día. Ahora sí que ya solo me queda acompañar esta despedida de un GRACIAS. ¡Espero veros prontos a todas!